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Alcalá de Guadaíra, noviembre de 2011.- Cuando un hotel es vecino de un río tiene garantizado un plus de atractivo para sus clientes y equipo de trabajadores. Esta condición tiene hermanados al hotel Oromana de Alcalá y al Abba Triana de Sevilla, situados junto al Guadaíra y el Guadalquivir, respectivamente. Desde hace días sus lazos se estrechan más aún. Ambos recintos hoteleros han acogido en su plantilla de trabajadores a alumnas en prácticas del proyecto AVANZA, demostrando al tiempo un compromiso de excelencia con sus clientes y otro, mayor si cabe, de solidaridad y construcción con la sociedad y el territorio que les rodea.
Abba es una multinacional con central en Barcelona que tiene hoteles en París, Londres, Berlín y Bratislava. En España cuenta con 20 establecimientos, 3 de los cuales se encuentran en Andalucía, concretamente en Granada, Sanlúcar de Barrameda y Sevilla. Bueno, en Sevilla no, en Triana, desde hace 6 años. Abba Triana son cuatro estrellas para 137 habitaciones y más de 500 metros cuadrados de salones.
Su forma triangular le confieren encanto, luminosidad, lo hacen acogedor y lo convierte en un balcón privilegiado a las dos Sevillas, la que asoma al casco antiguo y la que se abre al futuro desde la Cartuja. Su director, Amador Recio, nos cuenta que el Abba no cierra nunca, un desafío que afrontan 38 personas entre fijos y discontinuos para alcanzar una ocupación media del 70%, con los consabidos picos de ocupación de la primavera y el otoño. El Abba es destino de un turismo de empresa y negocios, vacacional y de fin de semana, que se hace trianero para beneficio y gloria de la capital del Sur.
Amador está satisfecho con el rendimiento de las alumnas alcalareñas, a las que pide que se adecuen al equipo porque “el resto viene solo. La idea es que aprendan la realidad de lo que hay, porque el ritmo de trabajo tiene que ver poco con la teoría. El cliente quiere rapidez y tener confianza en que todo quede perfecto”. La gobernanta del Abba, Enar Hernández, está feliz porque las nuevas cumplen y se adaptan a las normas y procedimientos del hotel.
Esta cadena ya ha participado desde Triana en otros programas de formación con anterioridad y según su director el resultado del trabajo en prácticas depende del tiempo y la calidad de la formación. “El encaje humano es fundamental, así como el estado de ánimo de los trabajadores”, destaca.
Sobre las posibilidades laborales de las alumnas de Alcalá, María José, Sonia y Elena, reconoce que en esta época no se amplia plantilla debido a que decrece la demanda, pero advierte que el equipo de fijos está formado en su mayor parte por gente que vino a realizar prácticas, por lo que no descarta contrataciones futuras.
También al otro lado del río, pero en este caso del Guadaíra, se encuentra el Hotel Oromana. En la Triana alcalareña emerge desde comienzos del siglo XX una de las herencias arquitectónicas de Juan Talavera. De estilo regionalista, con paredes encaladas y frisos de albero, el Oromana ha visto pasar generaciones de turistas de toda procedencia y condición. El hotel asume su rol de símbolo local y siempre está abierto a sus vecinos, como clientes y también como plantilla. Es el caso de Elia y Sonia, también alumnas del AVANZA que desarrollan sus prácticas en un remanso de paz a escasos minutos de sus lugares de residencia. No se puede pedir más.
El Oromana es un hotel con una dilatada experiencia y un equipo de profesionales que ofrece una atención al más alto nivel, con una amplia gama de servicios, capaz de dar respuesta a todas sus necesidades.
Cuenta con 31 habitaciones, equipadas con aire acondicionado, TV plana, Digital y wifi gratis, que han sido decorados atendiendo al confort de los clientes. Todas ellas poseen grandes ventanales y magníficas vistas de los Pinares de Oromana, el río Guadaira, los molinos árabes y los jardines del complejo. Acoge regularmente convenciones y celebraciones, que se convierten en acontecimientos únicos por la belleza y singularidad del entorno.
