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Alcalá de Guadaíra, 18 de noviembre de 2010.- En la Isla de la Cartuja se degustan los mejores arroces y tapas de Sevilla y algunos de estos platos, en parte, están preparados con manos alcalareñas. Desamparado y Carolina son dos de las alumnas Atticus del itinerario de ayudante de cocina que realizan sus prácticas de empresa en el restaurante Vespucio y el Pabellón de Italia, dos de los establecimientos más frecuentados por ese barrio de empresas de tecnología y servicios que es La Cartuja.

El jefe de cocina de ambos establecimientos, Jaime Bononato, nos recibe en Vespucio poco antes del almuerzo de las decenas de trabajadores que a diario acuden a degustar su cocina. Lo que comenzó como una cafetería se convirtión con el paso de los años en una de las más famosas arrocerías de la capital hispalense. Arroces secos, melosos y caldosos en su punto justo, para los más exigentes paladares y a precios que oscilan entre los 15 y los 19 euros.

A sus órdenes tiene a un completo equipo de cocineros y a dos alcalareñas que aspiran a serlo. Carolina dice estar satisfecha con sus prácticas y con lo mucho que está aprendiendo y tras la breve sesión de fotografía vuelve a los fogones.

Bononato destaca la actitud de las chicas de Alcalá y el alto valor de la formación en una época de crisis como la que vivimos. También pone de relieve la importancia de realizar unas prácticas serias y en un entorno adecuado como complemento a la teoría recibida.

El otro establecimiento de la marca, el Pabellón de Italia, es un santuario para el tapeo variado, amén de una cafetería y restaurante que lo convierten en el destino preferido entre los trabajadores de las empresas vecinas.