Alcalá de Guadaíra, 27 de agosto de 2010.- Las alumnas del itinerario de Ayudante de Cocina están realizando su formación en el Hotel Barceló Renacimiento, establecimiento de cinco estrellas situado en la Isla de la Cartuja de Sevilla, donde estos días se ha instalado el centro de prensa de la Vuelta Ciclista a España y donde se han alojado además miembros de la dirección, el servicio médico, parte de los miembros del jurado y algunos equipos de ciclistas que participan en esta prueba deportiva de prestigio y alcance mundial.
José Antonio González, Jefe de Cocina del Hotel, y Laurentino Delgado, Jefe de Repostería, destacados profesionales del sector culinario, son los responsables directos de la formación de este itinerario del Proyecto Atticus, cofinanciado por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra y el Ministerio de Política Territorial, a través del Fondo Social Europeo. Ambos manifiestan haberse encontrado con un grupo de alcalareñas muy cohesionado, autónomas y responsables en sus tareas, tal es el nivel que ha adquirido la formación que lo calificarían de formación de cocinero/a.
El Hotel Barceló Renacimiento abrió sus puertas en 1992, el año de la “Expo”, cuenta con 297 habitaciones y está posicionado como uno de los mejores hoteles de la capital hispalense, está vinculado a la celebración de congresos, eventos deportivos, promociones de automóviles y otros productos, reuniones de empresas y eventos deportivos.
En su sensacional cocina trabajan 22 cocineros/as que bajo la dirección de José Antonio González han llegado a atender a 2.500 comensales. Con estos expertos restauradores conviven laboralmente las beneficiarias de Atticus para elaborar una variada gastronomía internacional. Como anécdota nos comenta José Antonio, Jefe de Cocina, que “los sevillistas les han achacado que le dieron tan bien de comer a los jugadores del Sporting de Braga que jugaron como nunca”.
Laurentino, Jefe de Repostería, añade sobre las alumnas alcalareñas que “llegaron a nosotros con baja motivación, con cierto miedo a enfrentarse a una cocina que no era la de sus casas y con escasos conocimientos en el tratamiento de alimentos a estos niveles”. La realidad es otra, pues “en estos momentos se encuentran totalmente animadas, aportan sus ideas, no necesitan tenernos encima para desarrollar sus cometidos y han asimilado una metodología de trabajo exigente como requiere una cocina de un cinco estrellas”. La colaboración de la dirección del hotel ha hecho posible que este proyecto saliese a delante.
Todas las alumnas coinciden que la experiencia está siendo completamente enriquecedora y gratificante, “los conocimientos adquiridos, la organización del trabajo, el trato humano recibido por estos profesionales, el compañerismo del equipo y la calidad de este centro de trabajo dejan en un segundo plano cualquier dificultad como la distancia del domicilio o las apreturas económicas”, dice una de las alumnas.
El grupo ha tenido la iniciativa de elaborar un libro con las recetas que han aprendido y que desean publicar con la colaboración del proyecto Atticus. El periodo formativo finaliza el próximo 17 de septiembre. Posteriormente comenzarán la fase de prácticas profesionales en distintas empresas del sector. Todas esperan tener suerte en este apasionante mundo de la hostelería en el que cada día están más implicadas.