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Pacto por la Cohesión Social y el Empleo de Alcalá de Guadaíra
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CIUDAD DE SAN JUAN DE DIÓS, 40 AÑOS DE EXPERIENCIA AL SERVICIO DEL PACTO
19 de febrero de 2010
CIUDAD DE SAN JUAN DE DIÓS, 40 AÑOS DE EXPERIENCIA AL SERVICIO DEL PACTO
En sus nuevas instalaciones, levantadas sobre las antiguas en la zona de Gandul, acoge a casi un centenar de personas con discapacidad intenectual para su asistencia e inserción

Cuando el Ayuntamiento tendió la mano a las instituciones y empresas locales para dar forma al Pacto por la Cohesión Social y el Empleo, una de las primeras en estrecharla fue la Ciudad de San Juan de Dios. A este ‘singular’ barrio alcalareño le avalan más de 40 años de experiencia y recursos en el trabajo con personas con discapacidad procurándoles, tanto a ellos como a sus familias salud, asistencia, bienestar, inserción laboral, crecimiento personal y, definitiva, felicidad.

El director técnico de la Ciudad, Alfonso Moral, nos abrió sus puertas hace unos días para rememorar un pasado de esfuerzo y lucha constante, analizar un presente de cambios, crecimiento y desafíos, y vaticinar un futuro en el que esta especie de empresa famliar se desarrolle conforme a un plan estratégico con un horizonte de 10 años vista.

En tal sentido, la Ciudad asume la importancia del contexto del que forma parte y, consciente del momento actual, se suma a la alianza institucional por la cohesión social y el empleo. Alfonso Moral tiene claro que pueden aportar experiencia, trabajo y recursos. “Lo que haga falta -dice- para favorecer en el mayor grado posible la formación, prácticas e inserción laboral de nuestros convecinos”.

Quizá a algunos sorprenda la realidad actual de la Ciudad de San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra. Sobre 127.000 metros cuadrados junto a la A-92, la Obra desarrolla su actividad en una edificación totalmente renovada: 8 módulos para residencia, un centro de educación especial, centro especial de empleo y edificio de administración, entre otras instalaciones. El proyecto está a falta de algunos flecos, comenzó en 2003 y se ha acometido por fases con un montante presupuestario superior a 18 millones de euros.

El Centro de Educación Especial imparte una educación básica a residentes de entre 5 y 21 años y una educación de transición a la vida adulta. A estoy hay que sumar un plan de estancia diurna para usuarios de 21 años en adelante, programa de apoyo y respiro familiar para las familias de los usuarios; programa de integración sociocomunitaria, con un piso en el casco urbano alcalareño para la permanencia de residentes durante los fines de semana; y un centro especial de empleo basado en una lavandería industrial que lava a diario más de 5.000 kilos de ropa hospitalaria de los centros que la Orden tiene en el Aljarafe, Eduardo Dato en Sevilla, Jerez de la Frontera, Córdoba, Granada y la propia Alcalá de Guadaíra.

Hoy día la Ciudad acoge a casi 100 residentes, personas con alguna discapacidad intelectual, con edades que van de los 6 a los 50 años. A su servicio tienen a psicólogos, logopedas, psicomotricistas, fisioterapeutas, médico generalista, rehabilitador, psiquiatra, 9 enfermeros y 4 religiosos de la Orden Hospitalaria. Una plantilla de 133 operarios en total, más 40 adscritos el Centro Especial de Empleo y dos empresas de restauración y limpieza.

Una Ciudad dentro de otra que también ha crecido y se ha desarrollado en las últimas décadas. El de San Juan de Dios y Alcalá de Guadaíra es un idilio histórico, un compromiso de gran carga emocional amén de una simbiosis muy productiva, y de cuyos  buenos resultados presumen las instituciones y fuerzas vivas locales.

Fue en 1970 cuando Fray Serafín Madrid fundó la Ciudad alcalareña de la Obra. Una misión en favor de los discapacitados físicos que se recuperaban de la poliomielitis tras su paso por el Hospital de Sevilla. Aquí se acogían a jóvenes de 20 años a quienes había que curar y procurar un futuro. Se creó entonces un colegio y una escuela industrial que fue famosa por la formación de grandes profesionales en linotipia y administración. Apunten este dato: entre 1975 y 1978 la Ciudad de Alcalá llegó a tener más de 500 residentes.

Las nuevas demandas de la sociedad en materia asistencial dieron un cambio de rumbo a la Ciudad alcalareña, que desde mediados de los 80 centró sus esfuerzos en la atención a personas con discapacidad, ya no física, sino psíquica. Alfonso Moral trabajó junto al hermano superior de aquella época, Rafael Cenizo, en renovar las estructuras para adecuarlas a otras necesidades.

Moral cuenta que la primera vez que vino a Alcalá procedente de Córdoba hace ahora 30 años tuvo que preguntar en la calle hasta 3 veces para que le indicaran dónde estaba la Ciudad de San Juan de Dios. “Por eso uno de nuestros primeros objetivos fue acercar la Ciudad a Alcalá, y creo que se consiguió”, comenta.

Las primeras verbenas surgieron con la visita anual que hacían los rocieros a la Ciudad, allá por 1987. En posteriores ediciones este evento multitudinario llegó a reunir en 48 horas a más de 20.000 personas, atraídas por el ambiente, el servicio de ambigú y, por supuesto, las actuaciones de artistas de primera fila como el Arrebato, el Mani, José Manuel Soto, Los del Río, los Romeros de la Puebla, Bertín Osborne, los Morancos “y alguien con tanto arte como todos juntos y al que no le hacía falta cantar, el Maestro Araújo, siempre leal a esta casa”, dice orgulloso el director técnico.

Los desafíos de la Ciuda de San Juan de Dios, además de la atención asistencial a sus residentes, siguen pasando por la formación como principal herramienta para el empleo. Este es uno de los muchos puntos de convergencia con el proyecto Atticus por la Cohesión Social y el Empleo de nuestra ciudad.

 

 

 

 

 

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