Isabel, Elizabeth, Concepción, Mª Carmen, Dori, Gloria y Ana Mª prestan servicio en un complejo situado junto a la A-92 frente a las cocheras de Tussam. Teresa, su directora, nos contó que la residencia cuenta con 134 plazas, de las que un centenar son concertadas con la Junta de Andalucía, 4 con el Ayuntamiento de Sevilla y 30 privadas.
Aunque la mayoría son asistidos por las limitaciones derivadas de su avanzada edad, 50 de estos mayores padecen trastornos de conducta que requieren atención especializada a cargo de personal cualificado para ello. Manuel Ridruejo cuenta con 70 trabajadores. La cocina, limpieza y recepción corre a cargo de empresas externas y dispone en sus instalaciones de peluquería, podología y unidad de rehabilitación totalmente equipada.
A Dori, alumna del proyecto Atticus, la atención a personas mayores no le coge por sorpresa. Durante 10 años cuidó a su madre que estaba enferma de alzheimer. Ahora, cuando rememora hábitos pretéritos vuelve a percibir la satisfacción personal que supone ayudar a los demás. “Cuando atiendo a estos abuelitos lo hago con un cariño que me devuelven multiplicado por mucho”, nos comenta en el jardín de la residencia.
Después de las prácticas, esta alcalareña espera encontrar trabajo y reinsertarse en la vida laboral en un sector muy distinto en el que trabajó en el pasado. “Hace años estuve en una fábrica pero esto es diferente, aquí no te puedes equivocar porque son personas en circunstancias delicadas. En principio no creí que podía servir para esto, pero mi carácter juega a favor y contagio mucha energía a los demás”.